Soneto LXVI

 Soneto LXVI
 
 No te quiero sino porque te quiero
 y de quererte a no quererte llego
 y de esperarte cuando no te espero
 pasa mi corazón del frío al fuego.


 Te quiero sólo porque a ti te quiero,
 te odio sin fin, y odiándote te ruego,
 y la medida de mi amor viajero
 es no verte y amarte como un ciego.


 Tal vez consumirá la luz de enero,
 su rayo cruel, mi corazón entero,
 robándome la llave del sosiego.


 En esta historia sólo yo me muero
 y moriré de amor porque te quiero,
 porque te quiero, amor, a sangre y fuego.


 De Cien sonetos de amor. PABLO NERUDA

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